lunes, 13 de junio de 2011
Realidades opuestas
Si lo encuentras en la calle,
fíjate atentamente,
¡Si parece un gigante
que al enemigo arremete!
Lleva puesta su armadura
y su yelmo de oro fino,
su temida empuñadura
vela radiante en su cinto.
Su escudo tiene el color
de la sangre del Bendito;
su estandarte, la inscripción:
"Por mi Dios, esposa e hijos".
Si descubres en lontananza
polvareda que se acrecienta,
¡Apártate! Que regio avanza
sobre corcel de crin cenicienta
un caballero triunfante,
un luchador esforzado,
un esposo amante,
un papá muy amado.
Viene trayendo el botín,
¡Ha sido tan fiera la guerra!
¡Oh victorioso y fiel paladín,
nuestra gratitud toma por prenda!
Si lo vieras en la casa,
sin armadura, sin yelmo,
¡sabrás cómo es tierna el alma
de un papá verdadero!
Mirta de Eisenkölbl
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Aprecio mucho su comentario. Cordialmente, Mirta Delia.